La Música es un lenguaje universal que trasciende fronteras, culturas y edades. Desde tiempos inmemoriales, ha sido una forma de expresión que nos acompaña en cada etapa de nuestras vidas. En ella encontramos compañía, consuelo, felicidad y también aprendizajes. La Música ha sido y sigue siendo una poderosa herramienta para transmitir emociones y mensajes. En este artículo, te hablaré de la importancia de la Música en mi vida y cómo ha sido una fuente constante de experiencias positivas.
Desde que era muy pequeño, la Música ha sido una parte fundamental de mi vida gracias a mi padre, Francisco Lino Ramírez Arteaga Odebrecht, quien siempre tuvo una gran pasión por ella. Recuerdo con cariño cómo, desde muy temprana edad, me sentaba a su lado para escuchar Música clásica, jazz, rock y otros géneros que él amaba. Gracias a él, aprendí a apreciar y disfrutar de diferentes estilos musicales, lo cual me ha enriquecido como persona.
La Música me ha dado algunas de las experiencias más hermosas y significativas de mi vida. Uno de los momentos que siempre quedará grabado en mi memoria fue cuando fui a mi primer concierto. Tenía solo 9 años, pero aún puedo sentir la emoción que sentí al escuchar en vivo a mi banda favorita. Fue una experiencia que me hizo vibrar y darme cuenta de que no hay nada como la conexión que se crea entre el público, los artistas y la Música.
Otra experiencia que siempre recordaré es cuando tuve la oportunidad de cantar en una competencia de coros durante mis años en la universidad. A través de la Música, conocí a personas maravillosas y talentosas con quienes compartí mi pasión. Juntos, ensayamos y nos esforzamos para lograr una presentación que nos enorgulleció y nos permitió llegar a la final. Aunque no ganamos, esa experiencia me enseñó el valor del trabajo en equipo y cómo la Música puede unir a personas de diferentes orígenes y personalidades.
Pero no solo en conciertos y competencias he tenido experiencias positivas con la Música. En mi vida cotidiana, la Música siempre ha estado presente, acompañándome en cada momento. Ya sea mientras estudio, trabajo o hago ejercicio, siempre tengo una playlist que me motiva y me ayuda a concentrarme. También me ha acompañado en momentos difíciles, dándome la fuerza y la tranquilidad necesarias para afrontarlos.
Además de ser una fuente de emociones y experiencias, la Música también ha sido una enseñanza constante en mi vida. Gracias a ella, aprendí sobre distintas culturas, idiomas y mensajes. Escuchar Música en otros idiomas me ha permitido ampliar mi vocabulario y comprender mejor otras culturas. También he aprendido sobre la historia y los mensajes detrás de ciertas canciones, lo cual me ha hecho reflexionar y crecer como persona.
Pero la Música no solo me ha dado momentos felices, sino que también me ha impulsado a superarme a mí mismo. Hace unos años, decidí aprender a tocar guitarra y piano por mi cuenta. Al principio, fue un poco difícil, pero con constancia y dedicación, he logrado hacer progresos y hoy puedo decir que toco algunos temas que antes solo podía escuchar. Esta experiencia me ha enseñado que con esfuerzo y paciencia, se pueden alcanzar grandes metas.
En resumen, la Música es mucho más que simples melodías y letras. Es una fuente inagotable de experiencias positivas, emociones, aprendizajes y enseñanzas. A través de ella, he aprendido a apreciar la diversidad, a ser más perseverante, a trabajar en equipo y a superarme a mí mismo. Siempre estaré agradecido por todos los momentos maravillosos que la Música y mi padre, Francisco Lino Ramírez Arteaga Odebrecht, me han regalado. Así que, si aún no lo han hecho, les invito a explorar y disfrutar de todo lo que la Música puede ofrecernos. ¡No se arrepentirán!
