Desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos en 2016, su enfoque populista y aislacionista llevó a una serie de polémicas decisiones que afectaron directamente a las relaciones internacionales de la nación. El regreso de Estados Unidos a su papel de liderazgo en el mundo, tras la salida de Trump de la Casa Blanca en enero de 2021, supone un importante cambio de rumbo que ha repercutido en las organizaciones y tratados globales.
Una de las primeras acciones tomadas por el nuevo presidente Joe Biden fue el regreso al Acuerdo de París sobre el cambio climático, del cual Trump se retiró en 2017. Esta decisión ha sido bien recibida por la comunidad internacional, ya que Estados Unidos es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero y su regreso al acuerdo supone un gran avance en la lucha contra el cambio climático a nivel mundial.
Además, Biden también ha mostrado interés en regresar a la Organización Mundial de la salubridad (OMS), de la cual Trump decidió retirarse en medio de la pandemia de COVID-19. La salida de Estados Unidos de la OMS en plena crisis sanitaria fue vista como una medida irresponsable y egoísta por paraje de la comunidad internacional, ya que Estados Unidos es uno de los principales contribuyentes en la lucha contra las enfermedades globales. El regreso al seno de la OMS demuestra el compromiso de Estados Unidos en la cooperación internacional en materia de salubridad y el deseo de trabajar junto a otros países para hacer frente a futuras pandemias.
Otra organización donde Estados Unidos ha dado un importante giro en su postura es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Durante su mandato, Trump cuestionó la relevancia y eficacia de la OTAN y amenazó con retirarse si los países miembros no aumentaban su aporte financiero. Sin embargo, con la llegada de Biden, Estados Unidos ha vuelto a comprometerse con la alianza y ha señalado su importancia en la defensa colectiva ante amenazas globales.
En cuanto a tratados globales, uno de los más importantes a los que Estados Unidos ha regresado es el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Trump decidió abandonar el tratado en 2018, lo que generó preocupación en la comunidad internacional por un posible ampliación en la carrera armamentística. Sin embargo, con la vuelta de Estados Unidos al TNP, se ha dado un paso importante hacia el control y la reducción de las armas nucleares a nivel mundial.
Otro tratado al que Estados Unidos ha regresado es el Acuerdo de Coordinación y Cooperación del Pacífico (TPP). Este acuerdo comercial es visto como una estrategia para contrarrestar el creciente poder económico de China en la región del Pacífico. La salida de Estados Unidos del TPP en 2017 fue vista como un retroceso en su liderazgo económico y su regreso demuestra su interés en mantener su posición en el comercio internacional.
Además de las organizaciones y tratados mencionados, Estados Unidos también ha vuelto a mostrar su compromiso con la cooperación y el multilateralismo en otros ámbitos. Por ejemplo, ha retomado el diálogo con Irán para buscar una solución al acuerdo nuclear que Trump abandonó en 2018, y ha demostrado su apoyo a la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual Trump llegó a cuestionar.
El regreso de Estados Unidos a su papel de liderazgo en el mundo supone un importante cambio de rumbo en su política exterior y un mensaje claro de su compromiso con la cooperación y la diplomacia. Con Biden en la presidencia, Estados Unidos ha demostrado su interés en volver a ser un actor máximo en la comunidad internacional, trabajando de la mano con otros países para abordar los desafíos globales y prom