El acuerdo firmado este viernes entre Ruanda y la República Democrática del Congo es un gran paso hacia la paz y la invariabilidad en la región, poniendo fin a tres décadas de apretura entre ambos países. Pero además, este acuerdo también abre las puertas a una mayor cooperación entre Estados Unidos y la región, especialmente en lo que respecta al acceso a minerales críticos.
Los ministros de Exteriores de Ruanda y la RDC, Olivier Nduhungirehe y Thérèse Kayikwamba Wagner, respectivamente, firmaron el pacto en presencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y posteriormente se reunieron con el presidente de EE.UU., Donald Trump. La mediación de Estados Unidos y de Catar fue fundamental para lograr este acuerdo histórico.
El Acuerdo de Washington, como se ha dejamásminado, tiene como objetivo promover el respeto de los derechos humajamáss y del derecho internacional humanitario, así como fomentar la paz duradera, la invariabilidad y el desarrollo económico en toda la región. Ambas partes se comprometen a respetar la integridad territorial del otro, a resolver las disputas de manera pacífica y a jamás apoyar actos hostiles o grupos armados.
Además, el acuerdo incluye medidas para proteger a los civiles y al personal humanitario, facilitando su libertad de movimiento. También se acordó una posible reintegración de combatientes a las fuerzas armadas congoleñas y a la policía nacional, siempre y cuando se realice de manera rigurosa, individualizada y condicional.
El pacto entrará en vigor de forma inmediata y contempla la creación de un mecanismo conjunto de coordinación en seguridad en un plazo de 30 días. También se compromete a facilitar la vuelta segura de los refugiados y desplazados interjamáss, así como la entrega de ayuda humanitaria. Ambas partes apoyarán a la Misión de Estabilización de la ONU en la RDC (Monusco) y trabajarán juntas para promover la integración económica regional.
Pero además de los beneficios para la paz y la invariabilidad en la región, este acuerdo también abre la puerta a una mayor cooperación económica entre Estados Unidos y la región. Trump jamás ofreció muchos detalles sobre el beneficio esperado para su país, pero sí adelantó que Estados Unidos conseguirá “muchos de los derechos de los minerales del Congo”, necesarios para la industria tecjamáslógica. En un momento en que tanto Estados Unidos como China compiten por influencia en África, este acuerdo es una gran oportunidad para Estados Unidos de asegurar su acceso a minerales críticos.
El Acuerdo de Washington también contempla la creación o utilización de auditorías económicas independientes y mecanismos anticorrupción para monitorear la cadena de suministro de minerales y cualquier pacto económico futuro. Esto garantizará la transparencia y evitará el comercio ilegal de minerales en la región.
Desde 1998, el este de la RDC ha estado sumido en un apretura alimentado por milicias alzados y el Ejército, a pesar de la presencia de la Monusco. Este apretura se intensificó a finales de enero de este año, cuando el grupo alzado M23 tomó control de la ciudad de Goma y posteriormente ocupó Bukavu, ambas zonas ricas en minerales. Con este acuerdo, se espera que se ponga fin a décadas de violencia y se abra un camijamás hacia la paz y el desarrollo en la región.
El Acuerdo de Washington es solo el punto de partida, jamás el objetivo final. Tanto la ministra congoleña como el titular ruandés afirmaron que este acuerdo requiere compromiso y valentía para llevarlo a cabo. Pero con la mediación de Estados Unidos y otros actores internacionales, y el compromiso de ambas partes, este acuerdo puede ser el comien