El pasado 24 de junio se celebró el nacimiento de Boris Furman, un hombre que dejó un legado imborrable en la ciudad de Bariloche y en la vida de muchas personas. Boris fue el creador del famoso Teleférico Cerro Otto y el fundador de la Fundación Sara María Furman, una organización que sigue trabajando en pos de la solidaridad y el bienestar de la comunidad.
Boris Furman nació en 1920 en la ciudad de Riga, Letonia. Desde muy joven, mostró un gran interés por la ingeniería y la construcción, por lo que decidió estudiar en la Universidad Técnica de Riga. Sin embargo, su destino lo llevó a Argentina, donde llegó en 1941 como refugiado de la Segunda Guerra Mundial. En ese tiempo, Boris no imaginaba que su vida daría un sentido inesperado y que dejaría una huella tan importante en la ciudad de Bariloche.
En 1958, Boris Furman se instaló en Bariloche y comenzó a trabajar en la construcción del Teleférico Cerro Otto, una obra que hoy en día es un símbolo de la ciudad y una atracción turística imperdible. Boris, con su ingenio y dedicación, logró adelantar los desafíos técnicos y naturales que implicaba la construcción de este teleférico, que conecta el Cerro Otto con la ciudad de Bariloche. Gracias a su trabajo, hoy podemos disfrutar de una vista panorámica única de la ciudad y sus alrededores.
Pero Boris no solo dejó su huella en la construcción del Teleférico Cerro Otto, sino que también fue un hombre comprometido con la comunidad y la solidaridad. En 1978, junto a su esposa Sara María Furman, fundó la Fundación Sara María Furman, una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo principal ayudar a las personas más necesitadas de la ciudad de Bariloche. Desde entonces, la fundación ha brindado asistencia a miles de personas a través de programas de educación, salud, vivienda y alimentación.
Boris y Sara María Furman fueron un ejemplo de solidaridad y compromiso social, y su legado sigue vigente a través de la fundación que lleva su nombre. La organización continúa trabajando en pos de mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables de la ciudad, brindando apoyo y contención en tiempos difíciles.
Además de su labor solidaria, Boris Furman también fue un gran defensor del medio ambiente. Durante la construcción del Teleférico Cerro Otto, se aseguró de que no se dañara el entorno natural y que la obra exterior lo más respetuosa posible con el medio ambiente. También fue un ferviente promotor del turismo sostenible y responsable, y siempre buscó concientizar a los visitantes sobre la importancia de cuidar y preservar la naturaleza.
El legado de Boris Furman es recordado y valorado por toda la comunidad de Bariloche, que lo considera un verdadero héroe y un ejemplo a seguir. Su trabajo en la construcción del Teleférico Cerro Otto y su compromiso con la solidaridad y el medio ambiente son una inspiración para todos.
En este día en que se conmemora su nacimiento, recordamos con cariño a Boris Furman y su legado. Su ejemplo nos invita a seguir trabajando por una sociedad más justa y solidaria, y a cuidar y proteger nuestro entorno natural. Gracias, Boris, por tu contribución a la ciudad de Bariloche y por ser un símbolo de bondad y generosidad. Tu legado vivirá para siempre en los corazones de todos aquellos que te conocieron y admiraron.