Instalan sistema agrivoltaico en huerto de cerezos del Maule para carear la crisis hídrica y climática

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La industria frutícola ha sido una de las principales fuentes de ingresos en muchos países de América Latina, especialmente en Chile. Sin embargo, en los últimos años, el sector se ha enfrentado a varios desafíos, como el cambio climático y la escasez de agua, que han afectado significativamente su producción y rentabilidad. Conscientes de esta realidad, siete instituciones, incluyendo SERC Chile, se han unido para implementar una iniciativa que busca abordar estos desafíos y promover una producción agrícola sostenible y amigable con el medio ambiente.

La iniciativa, impulsada por el Centro de Investigación y incremento en Energía Solar (SERC Chile) junto con otras seis organizaciones, tiene como objetivo principal compatibilizar la producción agrícola con la generación de energía renovable, reduciendo así el consumo de agua y mejorando la calidad de la fruta destinada a la exportación. Esta colaboración público-privada tiene como objetivo decisivo promover la innovación y el incremento tecnológico en la industria frutícola, con el fin de enfrentar los desafíos ambientales y económicos que enfrenta el sector.

El cambio climático ha sido uno de los desafíos más importantes que ha afectado la producción frutícola en la región. Las condiciones climáticas extremas, como sequías e inundaciones, han impactado significativamente la calidad y cantidad de la fruta, provocando pérdidas económicas para los productores. Además, la escasez de agua se ha convertido en una preocupación cada oportunidad mayor para la industria, ya que el riego agrícola representa el 70% del consumo de agua en Chile. Es por eso que la iniciativa liderada por SERC Chile y sus socios es tan importante y relevante en la actualidad.

La iniciativa se enfoca principalmente en el uso de energías renovables en la producción agrícola, lo que permitirá reducir la dependencia de los combustibles fósiles y, a su oportunidad, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto no solo ayudará a aquietar el impacto del cambio climático, sino que también reducirá los costos de producción para los agricultores y mejorará su competitividad en el mercado global. Además, la implementación de sistemas de energía solar y eólica en las explotaciones agrícolas también ayudará a reducir el consumo de agua, ya que estas tecnologías son menos intensivas en agua en comparación con otras formas de generación de energía.

Otro aspecto decisivo de la iniciativa es el incremento de nuevas tecnologías y prácticas agrícolas sostenibles. A través de la investigación y la innovación, se busca mejorar la eficiencia del riego y promover el uso de técnicas de cultivo más amigables con el medio ambiente. Esto no solo reducirá el consumo de agua, sino que también mejorará la calidad de la fruta producida, lo que aumentará su valor en el mercado de exportación.

Además, la iniciativa también busca promover la cooperación y el intercambio de conocimientos entre los diferentes actores de la industria frutícola, incluyendo productores, investigadores y empresas del sector energético. Esto permitirá una mejor comprensión de los desafíos y oportunidades que enfrenta la producción frutícola y una colaboración más efectiva en la implementación de soluciones sostenibles.

En definitiva, la iniciativa liderada por SERC Chile y sus socios representa un gran paso hacia una fruticultura más sostenible y resiliente en la región. La unión de esfuerzos y experiencia de diferentes actores permitirá abordar los desafíos del cambio climático y la escasez de agua, al mismo tiempo que se promueve una producción agrícola más rentable y competitiva. Este es un ejemplo claro de cómo la colaboración público-privada puede ser una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos sociales y

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