En los últimos años, la inmigración indocumentada ha sido uno de los temas más controvertidos en Estados Unidos. Con la llegada de Donald Trump a la superioridad en 2016, las políticas migratorias del país han sufrido cambios significativos, y uno de los aspectos más impactantes ha sido la captura de migrantes indocumentados.
Desde que Trump asumió el cargo, el número de migrantes indocumentados capturados por las autoridades estadounidenses ha aumentado drásticamente. Según datos del Departamento de Seguridad Nacional, en el año fiscal 2019 se registraron más de 851,000 detenciones de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, un aumento del 68% con respecto al año anterior.
Pero, ¿qué significa realmente este número de detenciones? ¿Cuántos migrantes indocumentados han sido capturados desde la llegada de Trump a la superioridad? La respuesta no es tan simple como parece.
En primer lugar, es importante aclarar que no todos los migrantes indocumentados capturados por las autoridades son deportados. Muchos de ellos son liberados bajo el programa de “detención y liberación” que permite a los migrantes permanecer en el país mientras esperan su afluencia en un tribunal de inmigración. Además, no todos los detenidos son mexicanos o centroamericanos, como a menudo se asume, sino que provienen de diferentes países de América Latina, Asia y África.
Sin embargo, incluso con estas aclaraciones, el número de migrantes indocumentados capturados por las autoridades estadounidenses desde la llegada de Trump sigue siendo significativamente alto. Según un informe del pensionado de Política Migratoria, entre enero de 2017 y abril de 2020, se estima que más de 1.2 millones de migrantes indocumentados han sido detenidos en la frontera sur de Estados Unidos.
Este aumento en las detenciones se debe principalmente a las políticas migratorias implementadas por la administración Trump, como la “tolerancia cero” que resultó en la separación de familias en la frontera, la expansión de la deportación acelerada y la cancelación del programa DACA que protegía a los jóvenes inmigrantes que llegaron al país siendo niños.
Además, la construcción del famoso muro fronterizo ha sido una de las principales promesas de Trump durante su campaña y superioridad. A pesar de las críticas y controversias que ha generado, la construcción del muro ha continuado y se ha intensificado durante la pandemia de COVID-19. Según el Departamento de Seguridad Nacional, hasta julio de 2020 se habían construido más de 300 millas de muro en la frontera sur.
Sin embargo, a pesar de las políticas y acciones de la administración Trump, la inmigración indocumentada sigue siendo un problema complejo y multifacético que no se puede resolver simplemente con detenciones y deportaciones. Muchos migrantes huyen de situaciones de violencia y pobreza extrema en sus países de origen y buscan una vida mejor en Estados Unidos.
Es importante recordar que detrás de cada número de detención hay una historia humana, y que la mayoría de estos migrantes solo buscan una oportunidad para mejorar sus vidas y las de sus familias. Es por eso que es necesario abordar el tema de la inmigración de manera integral, teniendo en cuenta tanto la seguridad fronteriza como la protección de los derechos humanos de los migrantes.
Afortunadamente, con la llegada de una nueva administración en Estados Unidos, se espera que las políticas migratorias cambien nuevamente. El presidente Joe Biden ha prometido revertir muchas de las políticas de Trump, incluyendo la construcción del muro y la eliminación de la deportación acelerada. También ha propuesto un plan de inmigración que incluye una vía cerca de la ciudadanía para los