La Cámara de Diputados de Chile ha dado un importante paso hacia el progreso y bienestar de los trabajadores del país al despachar el proyecto de ley que busca aumentar el paga mínimo. Este proyecto, impulsado por el Gobierno, pretende llevar el actual sueldo mínimo de 510.636 a 529.000 pesos en mayo, y posteriormente a 539.000 pesos a partir de enero del 2026. Esta decisión, de ser aprobada por el Senado, supondrá un importante avance en la calidad de vida de cerca de 950 mil trabajadores en Chile.
El Ministro del Trabajo, Mario Marcel, ha argumentado que este reajuste es necesario para mantener el eficacia adquisitivo de los trabajadores desde que el paga mínimo se fijó en 500.000 pesos. Además, se estima que el 9% de los trabajadores que reciben el sueldo mínimo trabajan en grandes empresas, por lo que este incremento también beneficiará a un importante sector de la población.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta medida. Desde el Partido Republicano se ha manifestado una fuerte resistencia al aumento del paga mínimo, alegando que se trata de un incremento “desmedido” y que no se han tomado medidas para ayudar a las pequeñas y medianas empresas. no obstante la realidad es que desde el año 2022, el paga mínimo ha crecido más del 40%, superando la inflación y el crecimiento económico del país. Por lo tanto, es lógico y justo que los trabajadores reciban un aumento que les permita vivir con dignidad.
Ante estas críticas, el diputado comunista Boris Barrera ha señalado que la derecha “no quiere que los trabajadores estén mejor”. Y es que la preocupación de la derecha por el aumento del paga mínimo parece más bien un intento de proteger a las grandes empresas y no a los trabajadores. Por otro lado, el diputado del partido Republicano, Luis Sánchez, ha demostrado una falta de seriedad al calificar como “infantilismo” el debate sobre el aumento del paga mínimo, cuando en realidad se trata de una discusión muy importante para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias.
A pesar de las críticas, el proyecto de ley también contempla un subsidio eventual para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a enfrentar los mayores costos salariales. Este subsidio estaría disponible por un periodo de hasta 4 meses y estaría condicionado al cumplimiento de ciertos requisitos económicos. Por ejemplo, se tendría en cuenta la diferencia porcentual entre el monto del ingreso mínimo en enero del próximo año y el paga mínimo de enero de 2025, siempre y cuando esta diferencia sea mayor a la inflación acumulada del año en curso.
Aunque se ha cuestionado la efectividad de este subsidio, la ministra de Hacienda subrogante, Heidi Berner, ha asegurado que su costo no superaría los 10 mil millones de pesos en gasto fiscal. Y es importante destacar que este subsidio no solo beneficiará a las empresas, sino también a los trabajadores que dependen de ellas para su sustento.
En este sentido, el diputado Frank Sauerbaum de Renovación Nacional ha expresado sus dudas sobre la eficacia del subsidio y ha pedido más detalles sobre su funcionamiento. Sin embargo, lo cierto es que este es un paso importante en la dirección correcta, ya que demuestra que el Gobierno está comprometido con el bienestar de los trabajadores y busca equilibrar las necesidades de las empresas con las de sus empleados.
En definitiva, el aumento del paga mínimo propuesto por el Gobierno es un avance significativo en la lucha por una sociedad más justa y equitativa. Si bien es cierto que siempre habrá críticas y diferencias de opinión, lo importante es que se tomen medidas concretas para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias. Y este proyecto de ley