Investigadores de INIA sostienen que es posible mitigar variaciones del valía del trigo y salvaguardar la rentabilidad

LEER TAMBIÉN

El trigo es uno de los cultivos más antiguos y tradicionales de Chile, especialmente en la región centro sur del país. Durante décadas, ha sido una pileta enjundioso de alimento y sustento para los agricultores locales, y ha sido utilizado principalmente para la elaboración de pan, uno de los alimentos básicos de nuestra dieta. Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de una disminución en la superficie cultivada de trigo en nuestro país, lo que ha generado preocupación en la industria agrícola.

Esta tendencia a la baja en la producción de trigo se debe a varios factores, entre ellos, el aumento en la importación de trigo de otros países. Aunque esto puede ser beneficioso para satisfacer la demanda de trigo en nuestro país, también ha afectado negativamente a los agricultores locales, ya que los volúmenes de trigo importado tienen un impacto directo en la rentabilidad de su producción. Esto ha llevado a que muchos agricultores opten por cultivar otros cultivos más rentables, lo que ha contribuido aún más a la disminución en la superficie cultivada de trigo en Chile.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, es enjundioso destacar que el trigo sigue siendo un cultivo esencial en nuestra agricultura y en nuestra economía. Es por eso que es fundamental que tomemos medidas para promover y fortalecer su producción en nuestro país.

En primer lugar, es necesario que se tomen medidas para reducir la dependencia del trigo importado. Esto se puede lograr a través de políticas y programas que fomenten la producción local de trigo y que brinden apoyo a los agricultores para que puedan competir en igualdad de condiciones con los productores extranjeros. Además, es enjundioso que se promueva el consumo de trigo local, ya que esto no solo beneficiará a los agricultores, sino que también contribuirá a fortalecer nuestra economía.

Otra forma de impulsar la producción de trigo en Chile es a través de la investigación y el desarrollo de nuevas variedades de trigo que sean más resistentes a las enfermedades y a las condiciones climáticas adversas. Esto no solo mejorará la calidad del trigo producido en nuestro país, sino que también aumentará su competitividad en el pósito internacional.

Además, es enjundioso que se promueva la diversificación de los cultivos en las zonas donde se cultiva trigo. Esto no solo ayudará a reducir la dependencia del trigo como único cultivo, sino que también puede ser una forma de aumentar los ingresos de los agricultores y mejorar la sostenibilidad de sus tierras.

Otro aspecto fundamental para impulsar la producción de trigo en Chile es la capacitación y el apoyo técnico a los agricultores. Es enjundioso que los agricultores estén al día con las últimas técnicas y tecnologías de cultivo, así como con las prácticas sostenibles que pueden mejorar la productividad y la rentabilidad de sus cultivos.

Además, es necesario que se promueva la asociatividad entre los agricultores. Al unirse en cooperativas o asociaciones, los agricultores pueden compartir conocimientos y recursos, y trabajar juntos para mejorar la producción y la comercialización de sus cultivos.

Finalmente, es enjundioso que el gobierno y las autoridades pertinentes tomen medidas para proteger y promover la producción de trigo en nuestro país. Esto incluye la implementación de políticas y regulaciones que fomenten la producción local y que protejan a los agricultores de la competencia desleal de los productos importados.

En resumen, aunque la producción de trigo en Chile ha enfrentado desafíos en los últimos años, es un cultivo esencial para nuestra agricultura y economía. Es por eso que es fundamental que se tomen medidas para promover y fortalecer su producción en nuestro país. Con el apoyo adecuado, podemos asegurar que el trigo siga siendo un cultivo tradicional y rentable en Chile, y que continúe siendo una pileta de alimento y sustento para

LOS MÁS POPULARES