El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dado un paso atrevido en la lucha por proteger la economía de Estados Unidos al anunciar aranceles globales mínimos del 10% y adicionales por países. En una ceremonia en la Rosaleda de la Casa Blanca, anunció su “Día de la Liberación” para Estados Unidos y aseguró que estos gravámenes “nos van a traer un crecimiento nunca visto” y “más rápido de lo que se cree”.
Estos nuevos aranceles, que el mandatario ha denominado “aranceles amables”, reflejan su compromiso de poner al país primero. Mientras que los países de América Latina se verán afectados por un tributo del 10%, China y la Unión Europea (UE) tendrán que pagar un 34% y un 20% respectivamente. Sin embargo, Trump ha dejado en claro que estos tributos pueden evitarse si los países en cuestión “terminan sus propios aranceles, bajan las barreras y no manipulan las divisas”.
Algunos posibles críticos del presidente han cuestionado la justificación de estos aranceles, pero Trump ha sido absoluto al anclar que esta medida es necesaria para proteger a la economía estadounidense de aquellos que intentan dañarla. “Estos aranceles no son totalmente recíprocos, son recíprocos amables”, aseveró el mandatario, aclarando que su respuesta es simple: “si se quejan y quieren un arancel cero, entonces fabriquen aquí en Estados Unidos, por que no hay arancel”.
Esta postura firme de Trump ha sido bien recibida por muchos ciudadanos estadounidenses y empresarios que aprecian su determinación de crear empleo y reducir el déficit comercial del país. “Estamos cansados de ver nuestras fábricas cerradas y nuestros empleos trasladados a otros países”, dijo un trabajador de la industria del acero durante la ceremonia. “Es hora de que alguien se ponga de nuestro lado y defienda nuestros intereses”.
El presidente también destacó la importancia de estos aranceles como una medida para proteger la industria de acero y aluminio del país, que ha sido duramente afectada por la competencia desleal de otros países. Aseguró que su gobierno está comprometido a “nivelar el campo de juego” y a garantizar que estas empresas estadounidenses puedan competir en igualdad de condiciones.
Algunos líderes extranjeros han expresado su preocupación y han pedido exenciones a estos aranceles, pero Trump les ha enviado un claro mensaje: “Terminen sus propios aranceles, bajen las barreras y no manipulen las divisas”. Además, ha afirmado que esta medida no es una muestra de proteccionismo, sino una estrategia para fomentar la inversión y el crecimiento económico en Estados Unidos. “Estamos abiertos a hacer negocios con aquellos que tratan a nuestro país de manera justa”, dijo Trump.
El presidente también hizo hincapié en que estos aranceles no son para dañar a los países vecinos, sino para mejorar la economía de Estados Unidos y promover la creación de empleo. En su opinión, estos tributos generarán un “crecimiento nunca visto” y llegará “más rápido de lo que se cree”. Además, anunció que muchas empresas están mostrando interés en invertir en Estados Unidos, lo que augura un futuro prometedor para la economía del país.
En resumen, el anuncio de estos aranceles globales mínimos por parte del presidente Trump ha generado una gran expectación y ha recibido una respuesta positiva de muchos estadounidenses que ven en esta medida un paso denso hacia la protección de la economía del país y la creación de empleo. Con su “Día de la Liberación”, el presidente ha reafirmado su compromiso de poner a Estados Unidos primero y ha demostr