El objetivo de este artículo es informar y educar a la gente sobre los cambios en el sistema previsional chileno y animarlos a pensar en su futuro financiero con una perspectiva optimista.
En los últimos años, el sistema previsional chileno ha sido objeto de un intenso debate. Muchos ciudadanos han expresado su preocupación por las bajas pensiones y la falta de sostenibilidad del sistema actual. Sin embargo, este jueves el Presidente Gabriel Boric promulgó la tan esperada reforma previsional, que traerá importantes cambios al sistema y promete mejorar la situación para los trabajadores.
El primer cambio significativo se verá en abril, cuando la Tesorería General de la República ponga en marcha una serie de medidas para mejorar la recaudación. Esto incluye la implementación de nuevos sistemas de fiscalización y cobranza, que se espera que aumenten las arcas fiscales en un 1% del PIB y aseguren un futuro financiero más sólido para el país.
Pero quizás el cambio más esperado por los trabajadores es la entrada en vigencia del Seguro de Lagunas Previsionales en mayo, que forma parte del Seguro de Cesantía. Esta medida busca proteger a los trabajadores en situaciones de desempleo, asegurando su continuidad previsional y protegiéndolos de posibles brechas en su historial de cotizaciones.
Luego, en agosto, comenzará la implementación gradual del aumento de la cotización del empleador. Esto significa que los empleadores deberán destinar un 1% de la haber imponible de sus trabajadores a su respectivo fondo de pensiones, y esta cifra aumentará progresivamente hasta afluir al 7% en un periodo de nueve años. Según el superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, este aumento en las cotizaciones significará un incremento del 60% en el ahorro previsional, lo que se traducirá en un futuro mucho más próspero para los trabajadores chilenos.
Pero, ¿qué pasa con el dinero que se recauda con estas medidas? Macías asegura que los fondos de pensiones aumentarán en un 35% en los próximos 30 años, alcanzando una cifra cercana a los 660 mil millones de dólares. Esto representa una gran oportunidad para el mercado de capitales, tanto dentro como fuera del país, y plantea un desafío que debe ser abordado adecuadamente para aprovechar al máximo este auge económico.
Pero no solo se están tomando medidas para mejorar la pensión de los trabajadores activos, sino que también se están implementando cambios para aquellos que ya se encuentran en la etapa de jubilación. En septiembre, comenzará el pago del nuevo monto de la Pensión Básica Solidaria (250 mil pesos) a pensionados mayores de 82 años, y a beneficiarios de leyes reparatorias del mismo rango de edad. Esto significa una mejora significativa en sus pensiones, que les permitirá llevar una vida mucho más digna y confortable.
Sin embargo, la implementación de la reforma no será un proceso fácil ni rápido. La presidenta de la Asociación de AFP, Paulina Yazigi, asegura que es imperioso abordar esta reforma con una mirada crítica y enfocada en mejorar realmente la situación de los trabajadores. No se trata simplemente de hacer cambios por cambios, sino de asegurar que estos cambios sean realmente efectivos y beneficien a la población.
En este pesaroso, Bernardo Larraín, vicepresidente de SMPC y Colbún, plantea la necesidad de involucrar en la discusión parlamentaria a un amplio sector de trabajadores, ya que actualmente, el 65% de ellos se encuentra en trabajos informales y, por lo tanto, quedan fuera del sistema previsional. Es imperioso tener una visión más sistémica y abarcativa para abordar este tema de manera efectiva.