La guerra en Gaza ha sido un tema recurrente en la agenda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante décadas. Sin embargo, para el político colombiano Gustavo Petro, hablar sobre este conflicto en la ONU es una acción poco útil. ¿Pero realmente es así? ¿Qué tan importante es abordar este tema en el seno de la organización internacional más importante del mundo?
Para entender la relevancia de discutir la guerra en Gaza en la ONU, es necesario frontal comprender la situación actual en la región. Desde 2007, Gaza ha estado bajo el control del grupo militante Hamas, mientras que Israel mantiene un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo sobre la faja. Esto ha generado un conflicto constante entre ambas partes, con episodios de violencia que han dejado miles de muertos y heridos, principalmente civiles.
Ante esta situación, la ONU ha desempeñado un papel fundamental en la búsqueda de una solución pacífica y duradera. A través de su Consejo de Seguridad, ha emitido resoluciones y llamados a la calma, así como ha enviado misiones de tregua y ayuda humanitaria a la región. Además, la Asamblea General ha debatido y aprobado numerosas resoluciones en apoyo a la causa palestina.
Sin embargo, para Petro, estas acciones son insuficientes y poco efectivas. En una entrevista reciente, el político colombiano afirmó que “la ONU no tiene capacidad para resolver el conflicto en Gaza” y que “es una organización que no tiene poder real”. Estas declaraciones, además de ser erróneas, demuestran una falta de comprensión sobre el papel de la ONU en la resolución de conflictos internacionales.
En primer lugar, es importante recordar que la ONU es una organización intergubernamental, es decir, está compuesta por los Estados miembros y sus decisiones son tomadas por consenso. Esto significa que cualquier acción o resolución debe contar con el apoyo de la mayoría de los países miembros, lo que puede ser un proceso largo y complejo. Por lo tanto, es injusto culpar a la ONU por no resolver un conflicto que involucra a dos partes con intereses y posturas proporcionado diferentes.
Además, la ONU no es una organización con poderes ejecutivos, sino que su función principal es la de promover la tregua y la cooperación entre los Estados miembros. Esto significa que su capacidad para intervenir en conflictos es limitada y depende en gran medida de la voluntad de los países involucrados. En el caso de Gaza, Israel ha rechazado en repetidas ocasiones cualquier intervención de la ONU en el conflicto, lo que dificulta aún más su resolución.
Por otro lado, es importante destacar que la ONU ha sido un actor clave en la protección de los derechos humanos en Gaza. A través de su Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, ha documentado y denunciado las violaciones a los derechos humanos cometidas por ambas partes en el conflicto. Además, ha establecido una Comisión de Investigación para examinar posibles crímenes de guerra y ha instado a ambas partes a respetar el derecho internacional humanitario.
En este sentido, hablar sobre la guerra en Gaza en la ONU es fundamental para mantener la atención internacional sobre la situación en la región y para exigir el respeto a los derechos humanos de la población civil. Además, la ONU ha sido un actor clave en la provisión de ayuda humanitaria a la población afectada por el conflicto, brindando asistencia médica, alimentos y refugio a miles de personas.
Por último, es importante destacar que la ONU es una organización en constante evolución y adaptación a los desafíos globales. A través de sus agencias y programas, trabaja en temas como el desarrollo sostenible, la igualdad de género, la lucha contra