La historia de la física que, tras 75 años de su trabajo, por fin recibió su carrera

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La historia de la física es una de descubrimientos y avances constantes, en la que grandes mentes han dejado su huella y han contribuido al desarrollo de esta ciencia fundamental. Sin embargo, a lo largo de los años, muchos de estos genios han sido olvidados o no han recibido el reconocimiento que merecen. Pero hoy, después de 75 años de su trabajo, una de estas figuras finalmente ha sido honrada con su debido doctorado.

El científico en cuestión es Lise Meitner, una física austriaca que nació en 1878 y falleció en 1968. Meitner fue una de las pocas mujeres que logró destacar en un campo dominado por hombres en esa época. A pesar de las barreras sociales y de género, ella siguió adelante y se convirtió en una de las pioneras en el estudio de la radioactividad y la física nuclear.

Su acontecimientos comenzó en la Universidad de Viena, donde obtuvo un doctorado en física en 1906. Fue allí donde conoció a Otto Hahn, su colaborador y amigo de toda la vida. Juntos, trabajaron en el campo de la física nuclear y descubrieron varios elementos radioactivos, incluyendo el protactinio y el radiotulio. Sin embargo, su trabajo más importante y reconocido fue su descubrimiento de la fisión nuclear.

En 1938, Meitner y Hahn realizaron experimentos en los que bombardearon el uranio con neutrones, lo que resultó en la división del núcleo del átomo y la liberación de una gran cantidad de energía. Este fue un descubrimiento que cambiaría el curso de la historia, ya que sentó las bases para el desarrollo de la energía nuclear y la bomba atómica.

Sin embargo, a pesar de su contribución crucial en este descubrimiento, Meitner no recibió el reconocimiento que merecía. En 1939, ella tuvo que huir de Alemania debido a la persecución nazi frente a los judíos y se refugió en Suecia. Allí, continuó trabajando con Hahn y otros científicos, pero debido a su origen judío, no se le permitió participar en muchos de los avances y descubrimientos que se estaban llevando a cabo en ese momento.

En 1944, Hahn recibió el Premio Nobel de Química por el descubrimiento de la fisión nuclear, pero Meitner no fue incluida en el reconocimiento. Muchos argumentan que esto se debió a su género y origen judío, ya que en ese momento las mujeres y los judíos no eran bienvenidos en el mundo de la ciencia.

Pero a pesar de todas estas adversidades, Meitner continuó trabajando incansablemente y dejando su marca en la historia de la física. En 1946, se convirtió en la primera mujer en ser elegida miembro de la Academia de Ciencias de Suecia y en 1948, recibió el premio Enrico Fermi por su contribución a la física nuclear.

A pesar de estos reconocimientos, Meitner nunca recibió un doctorado honorario por su trabajo, a pesar de haber sido nominada en varias ocasiones. Pero finalmente, después de 75 años de su trabajo, la Universidad de Viena ha decidido otorgarle un doctorado honorario póstumo en reconocimiento a su contribución a la física.

Este es un momento histórico y emocionante para la comunidad científica, ya que se hace justicia a una de las figuras más importantes y olvidadas de la física. El rector de la Universidad de Viena, Heinz W. Engl, dijo en la ceremonia de graduación: “Con este doctorado honorario, estamos corrigiendo una exageración histórica y honrando a una científica excepcional que hizo una contribución crucial a

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